Revista Latinoamericana de Difusión Científica
Volumen 3 – Número 4 - ISSN 2711-0494
Emmanuel Parra // Rasgos generales del pensamiento político de Francisco de Miranda, 68-88
habitantes, con una rapacidad increíble, y lo que es más aún, oprimir también en
entendimiento, con el infame tribunal de la Inquisición”. Consiste ella en una declaración de
intenciones en la que señala sin sutileza alguna:
"
La América española desea que la Inglaterra le ayude a sacudir la opresión
infame en que la España la tiene constituida (…) se cree con todo derecho a
repeler una dominación igualmente opresiva que tiránica y formarse para sí un
gobierno libre, sabio, y equitable; con la forma que sea más adaptable al país,
clima e índole de sus habitantes (…). La América tiene un vastísimo comercio
que ofrecer con preferencia a la Inglaterra; tiene tesoros con qué pagar
puntualmente los servicios que le hagan (…) espera la América que, uniéndose
por un pacto solemne a la Inglaterra, estableciendo un gobierno libre, y
semejante, y combinando un plan de comercio recíprocamente ventajoso,
vengan estas dos naciones a formar el más respetable y preponderante cuerpo
político del Mundo”. (Colombeia, 1978).
Ahora bien, aunque la propuesta de una gran nación hispanoamericana a llamarse
Colombia le pertenece a Miranda, Bolívar en su “Carta de Jamaica” dirigida al inglés Henry
Cullen, reivindica esta autoría cuando expresa que “es una idea grandiosa formar…una sola
nación. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería por
consiguiente, tener un solo gobierno”, lo cual hace pensar en una eventual reconciliación
con la figura y el pensamiento mirandino. Como lo señala Bohórquez (2016), aunque
Miranda justificaba históricamente la unión por haber sido todos injuriados del mismo modo,
más importante era evitar seguir siéndolo; por eso, la unidad debía ser principalmente un
proyecto político, y como complemento un proyecto económico.
En cuanto a la segunda deuda intelectual de Bolívar con Miranda (punto número 2),
vale la pena referir su bien conocida admiración por el modelo constitucional inglés; esta se
evidencia en la idea que expuso ante el primer ministro inglés William Pitt en 1797, sobre
un proyecto de Constitución para las colonias libres. Ese gobierno sería “semejante al de la
Gran Bretaña (…) pues debe componerse de una Cámara de Comunes, otra de nobles y
un Inca o soberano hereditario” (Archivo del General Miranda, citado por Ardao, 1986).
Es preciso señalar que tras las diversas entrevistas con el primer ministro Pitt Miranda
no consiguió la ayuda solicitada para sus fines emancipadores. Gutiérrez (2006) escribe
que, pese a las decepciones, no se desalienta sino que permanece diligente y compone la
primera Constitución para Hispanoamérica; sin embargo, no se puede negar que debió
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